lunes, 31 de enero de 2011

Amar en tiempos de Imserso

El sexo después de los 65 puede ser igual o más placentero. La receta: «volver» a ser novios, amantes furtivos, improvisar una cena o un viaje y mantenerse en forma
 De «seso» no se hablaba en casa de la abuela (ni de algunos padres). Pero ese silencio guarda muchos secretos.> Porque saben latín, incluso más que ciertos jóvenes que están en plena explosión hormonal, pues quien tuvo, retuvo, pese a que alguno miren a sus «yayos» como seres asexuados y les cueste imaginárselos en la cama haciendo algo que no sea dormir. Claro que, para quien ha vivido reprimido sexualmente toda su vida, es más difícil (aunque no imposible) que a estas alturas de partido dé rienda suelta a su «sex-appeal», no así los que antaño vivieron intensamente su sexualidad. «Hay un mito arraigado que revela que el sexo después de los 65 años no es posible o no goza de la misma calidad, porque socialmente está asociado a la juventud y representa placer y diversión», explica Silvina Valente, miembro del comité de jóvenes de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología.
Nada más lejos. Hasta la ciencia se pone de parte de los mayores. Basta recordar el último trabajo que publicó el Centro de Estudios del Envejecimiento de la Universidad de Duke, en Estados Unidos. En él se revelaba que el 72 por ciento de las mujeres había mejorado sus orgasmos durante las relaciones sexuales pasados los 40 años. De hecho, estas féminas afirmaron que habían comenzado a disfrutar más en la cama tras la llegada de la temida menopausia. Ellos, por su parte, reconocieron que a los 50 tenían una mejor vida sexual que a los 30.
El cómo lo consiguen tiene muchas variantes. Lo que es importante en todas ellas es intentar mantenerse en forma, no sólo física, sino mentalmente. Eso, y hacer cosas que se creían olvidadas o recrear aquellas que nunca se atrevieron a realizar. Desde la clásica cena romántica o una salida cultural, a preparar un viaje sorpresa y, por qué no, imaginar una aventura con la propia pareja. En definitiva, volver a «ser novios».
Más tiempo
Manuel Lucas, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología, y miembro de la Academia Internacional de Sexología Médica, piensa que todo esto puede hacerse y matiza que «aunque es cierto que puede existir una disminución de los parámetros de la sexualidad, no hay que basarlo todo en los genitales. En realidad tienen la posibilidad de disfrutar más, ya que tienen más tiempo y menos preocupaciones. En los viajes de mayores del Imserso, por ejemplo, o en otras actividades lúdicas, la sexualidad está presente».
No obstante, es cierto que no se puede luchar contra la Naturaleza. «Hay problemas obvios que dificultan de alguna manera, como las dolencias crónicas, los descensos fisiológicos de la respuesta sexual y el modelo estético dominante», aclara el experto.
Con o sin pareja
A esta edad, que la sexualidad quede relegada, mucho tiene que ver también con la presencia o ausencia del compañero. Según Valente «las parejas tienden a que, cuantos más años llevan juntos, menor es la frecuencia de relaciones sexuales, muchas veces por exceso de intimidad, otras por aburrimiento, por posiciones de alguno de los miembros de la pareja que influyen en el otro y se interpreta como respeto». Y quién sabe si por algo de vergüenza.
Los expertos coinciden en que «todo depende de la forma en que cada persona o pareja enfrente los cambios biológicos y sociales que se les presenten a lo largo de su vida».







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